La recesión económica se va a notar, entre otros ámbitos, en el auge de las oposiciones como puerta de entrada a un trabajo estable: el empleo público. Así que hay que estar preparado para afrontar con éxito las oposiciones, y en este artículo vamos a dar algunas claves.
El empleo público supone un verdadero puerto de refugio para la inestabilidad del mercado de trabajo, y la precariedad laboral asociada a los tiempos turbulentos.
En qué consiste una oposición
Acceder al empleo público implica la necesidad de superar un proceso selectivo que puede ser o bien una oposición o un concurso-oposición.
Mientras que la oposición consiste en un examen, o varios, donde se van a evaluar los conocimientos y aptitudes del aspirante de un modo objetivo, público y transparente, el concurso-oposición añade a ese mismo sistema la valoración adicional de méritos.
Dichos méritos son, necesariamente, los que se indican en las bases de la convocatoria del proceso selectivo, que se publican antes (o a la vez) que se abre el plazo de inscripción.
Conseguir una de las plazas convocadas (o entrar en bolsa de trabajo, si el proceso selectivo es para eso) pasa por conseguir la mejor puntuación posible.
Méritos en una oposición
Solemos identificar los procesos selectivos con una oposición. Pero hemos visto que no son lo mismo. En realidad, cada vez es más raro que se use la oposición pura y dura en los procesos selectivos para el empleo público y es mucho más frecuente encontrar que se trata de un concurso-oposición.
Así que, además, de tener que superar el examen (o exámenes), hay que tener en cuenta que habrá cuestiones que sirven para mejorar la nota de los aspirantes.
El baremo de méritos
Las bases de la convocatoria deben contener qué cuestiones serán valoradas, y cuánto. Sólo lo que figure en las bases podrá ser valorado y sólo del modo indicado en las bases. Las cuestiones más frecuentes suelen ser:
- Experiencia en la Administración Pública: no necesariamente en la misma que convoca el proceso selectivo, pero a más tiempo, más puntos.
- Titulación: se considera valorable tener una titulación superior a la exigida como requisito para poder acceder al proceso, con un escalado de puntos en función de la titulación. Sólo cuentan los títulos académicos oficiales u homologados.
- Idiomas: suele incluirse como mérito contar con dominio acreditado en otros idiomas. En el caso de las autonomías con lengua cooficial, también constituye un mérito. Para acreditar este mérito se exige título oficial.
- Cursos homologados: son muchas las ocasiones que se incluye en el baremo de méritos puntuaciones para quienes tengan cursos homologados, que deben serlo necesariamente por instituciones oficiales como puede ser una Universidad o un centro acreditado de formación para empleados públicos, por ejemplo.
Cursos homologados
Siempre se trata de cursos relacionados con las características del puesto convocado. No tendría mucho sentido considerar como mérito un curso de cocina de autor (dicho sea con el mayor respeto) en una convocatoria para un puesto de técnico de hacienda.
La importancia de estos cursos radica, precisamente, en la ventaja táctica y práctica que suponen para el aspirante en el proceso selectivo, que ve mejorar con ellos sus posibilidades de éxito. Siendo unos procesos tan disputados, con tantos aspirantes y tan reñidos, cualquier ventaja es bienvenida.
Mientras que otros méritos, como la antigüedad en la Administración, puede ser más complicado de conseguir a priori, los cursos homologados están al alcance de cualquier aspirante inteligente.
No es posible saber qué méritos habrá en una convocatoria antes de que sea publicada. Pero la decisión de hacer este tipo de cursos con un centro que acredite experiencia y homologación de los contenidos es siempre una buena decisión.
Incluso para quien aún no haya decidido en concreto a qué oposiciones presentarse, opciones como los cursos de ofimática son válidas e inteligentes, ya que están presentes actualmente en todo proceso selectivo.
Los cursos homologados enseñan y desarrollan las competencias profesionales que pondremos en práctica en los puestos objeto de la convocatoria. Y son aplicables también en el mercado de trabajo privado. Hacerlos puede suponer una decisiva ventaja para el acceso al empleo público.