Corresponde al Rey:
a) Sancionar y promulgar las leyes.
b) Convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la Constitución.
c) Convocar a referéndum en los casos previstos en la Constitución.
d) Proponer el candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución.
e) Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente.
f) Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes.
g) Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente del Gobierno.
h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas.
i) Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales.
j) El Alto Patronazgo de las Reales Academias.
El Artículo 62 de la Constitución Española de 1978 establece las funciones y responsabilidades que recaen sobre el Rey, quien es el jefe de Estado de España. En términos sencillos, el artículo define qué puede y debe hacer el Rey en su capacidad oficial en el país.
Una de las responsabilidades clave del Rey es sancionar y promulgar las leyes, lo que significa dar su aprobación y hacer efectivas en nombre del Estado las leyes que han sido aprobadas por el Parlamento. También convoca y disuelve las Cortes Generales, órganos que representan al pueblo a nivel nacional. Es decir, el Rey está encargado de abrir y cerrar las sesiones de estos órganos legislativos, así como de realizar las elecciones en caso de disolución.
Además, el Rey tiene la tarea de proponer y, en algunos casos, designar a las personas que ocuparán ciertos cargos públicos. Por ejemplo, es su responsabilidad proponer al candidato a presidente del gobierno, quien debe ser aprobado por el Congreso de los Diputados. También nombra y destituye a los miembros del gobierno a propuesta de su presidente y a los demás cargos en función de lo establecido en la Constitución y otros reglamentos legales.
El Rey actúa como el representante máximo del Estado en sus relaciones internacionales, en las cuales firma tratados, pactos y convenios para establecer acuerdos con otros países y organismos internacionales. Además, declara el estado de guerra y la paz, siempre y cuando sea aprobado previamente por el Parlamento.
Por último, el Rey es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas y tiene el deber de asegurar su correcta organización y funcionamiento. Esto incluye la capacidad de conferir cargos militares y conceder honores y distinciones.
En resumen, el Artículo 62 define las funciones del Rey como jefe del Estado español, sus responsabilidades en el gobierno y en el ámbito internacional, así como su papel en la supervisión de las Fuerzas Armadas. Todo ello dentro del marco legal y constitucional del país.